lunes, 29 de septiembre de 2014

Aquellas pequeñas palabras que callé

Mercado de Motores (Madrid 2014)
Qué complicado es pensarte y sentir tu mente en otra dimensión. Qué perdida me siento intentando seguir tus pasos confusos y distorsionados por el tiempo, por las direcciones que tomaste y por los pasos que diste de puntillas. Qué adictivos son tus besos, tus caricias, el tono de tu risa y tus abrazos.  Qué terrible sensación la de querer parar el reloj que corre a toda velocidad cuando estas a mi lado, y que se queda inmóvil cuando te alejas. Qué impotencia tan grande no pertenecer a los escondites de tu corazón.

Porque sentir no es un hecho que debamos esconder, es un acto del que podemos presumir. Quererte no es un secreto, me pondría en mitad de la Puerta del Sol y te gritaría TE QUIERO. Pero debo mantenerlo en la penumbra de mis pensamientos para evitar una carrera sin retorno al punto de partida.

No quiero perderte, no quiero agobiarte, no quiero presionarte, no quiero bloquearte, no quiero comprometerte, no quiero asustarte, no quiero no besarte, no quiero no hablar cada día contigo, no quiero perderme lo cotidiano de la vida a través de tus ojos, no quiero no poder sentir tus te quieros, no quiero compartirte, no quiero que te vayas sin darme un beso, no quiero no estar a tu lado.

Por ello, es mejor mantenerme en silencio, esperar a tus movimientos, fingir no tener ganas de ti cada segundo y morirme por decirte que te echo de menos. Disfrutar los contados minutos a tu lado y recordarlos para revivirlo cada noche solitaria.





No hay comentarios:

Publicar un comentario